Este ha sido un pequeño resumen-discurso-de-agradecimientos de mi viaje. Lo cierto es que ha sido una experiencia genial. Por supuesto, de lo que más aprendes, es de la estancia allí más que del curso: hablar con la gente, escuchar, escuchar mucho y darte cuenta de tus fallos, pensar en inglés incluso, imbuirte en su mundo lingüístico hasta que ya ni puedes desconectar (a la vuelta le hablábamos al azafato en inglés aunque sabíamos que era español, y yo me pase varios días pidiendo disculpas a grito de SORRY una vez ya en España). Sin duda, la mejor forma de aprender un idioma es pasar un tiempo en un país donde se hable (y no sólo tres semanas, mucho mas tiempo), pero es necesaria una preparación “teórica” antes de partir, y no cualquier preparación, es necesario partir con cierto nivel para poder aprovecharlo todo bien. Sin duda, he salido beneficiado lingüísticamente, he aprendido y he mejorado, y eso era lo importante.
Dejando aparte lo de aprender inglés (aunque dicen por ahí que ese era el objetivo), el resto, como he dicho, ha ido muy bien. Incluso el tan denostado tiempo (de weather) inglés, que nos esperábamos frío, lluvioso, triste y cansino, nos fue favorable, y salvo los dos primeros días y los dos últimos, el sol nos fue visitado de vez en cuando y la lluvia se despidió de nosotros. No hacía calor (aunque algunos días sí que pasé bastante), pero tampoco frío. Un clima otoñal con más de un rayo de sol que nos fue genial para disfrutar de nuestra estancia. Aunque claro está, había opiniones para todos los gustos: gente contenta como yo, que nos alegrábamos del tiempo que nos estaba haciendo y de que hubiera cambiado (las semanas anteriores habían sido horrorosas), y otros bastante cabreados que querían en sol y el calor español bajo el manto de la Union Jack.
La comida es un capítulo aparte. De nuevo yo tuve bastante suerte (la dueña de la casa en la que caí nos hacía unos desayunos y unas cenas de hotel de cinco estrellas, xD), pero otros cayeron en casas de las que es mejor no mencionar sus manjares. La comida de mediodía, nuestro plato más copioso aquí en España, es ya otra historia. Allí no saben lo que es eso, y todo lo que tienes, estés en la casa que estés, es el “maravilloso” packed lunch. Un sándwich, un zumo, una bolsita de patatas fritas de esas que valían 25 pesetas (que por cierto ahora valen 30 céntimos, vaya estafa) y una pieza de fruta, y todo eso en el mejor de los casos. ¿Escaso? Sí. ¿Sabroso? No precisamente. ¿Suficiente? Insospechadamente, sí. Aunque algunos sí necesitaban más alimento, desayunando a la inglesa y cenando sobre las 7 de la tarde, el packed lunch era suficiente.
La ciudad me gustó. Manchester es una ciudad de negocios con mucha historia, lo que te permite moverte en un ambiente urbano muy bien comunicado a la vez que disfrutas de una ciudad interesante con un gran número de edificios con historia a tu alrededor. Durante nuestra estancia allí, también visitamos Liverpool (que aún me gustó más, bonito, algo más pequeño, vistas preciosas y con mar), York (pequeño, bonito, agradable y con mil turistas) y Chester (mucho más pequeño, y también bonito, pero la visita fue demasiado corta).
Como he dicho, además de aprender y mejorar mi inglés (que sin duda lo hice) y visitar una nueva ciudad y un nuevo país, la gente que conocí allí ha sido una de las mejores cosas que me llevo del viaje. Gente nueva, interesante, divertida, agradable… una magnifica experiencia. Con ellos: el curso, turismo, museos, buenos ratos en nuestro querido (desde entonces) Starbucks, Spider-pig, pintas de cerveza y muchas risas. Obviamente, no se crearon grandes lazos de amistad con todos, hay gente con la que apenas tuve relación, pero creamos un grupo en el que nos lo pasamos genial.
Y, pese a que con todo esto me dejo por contar lo mejor (las anécdotas, las risas y mil cosas que hicimos y nos pasaron), esto es todo. La entrada ya es muy larga y no hay sitio para todo. Esta es sólo una breve reseña de mi viaje, necesitaría mil blogs para poder contarlo todo.
Así que, de nuevo, gracias a todos los que hicieron de mi viaje esta experiencia tan maravillosa y que sepáis que, si el año que viene cae otra beca, pienso repetir.
Un pequeño mix del concierto de unos imitadores de los Beattles que presenciamos en el Museo Marítimo de Liverpool, xD
Picadilly Gardens un día soleado, nuestro sitio de reunión
Un pequeño video de mi Elenita contándonos chistes mientras acabábamos con las existencias de cerveza de la ciudad
Un tío tocando y cantando en Market Street. Eso sí que es un músico callejero. Atentos al solo del final