viernes, 29 de junio de 2007

[Física] La superconductividad y el transporte del futuro

La superconductividad es una capacidad que poseen algunos materiales para conducir la electricidad con resistencia y pérdida de energía cercanas a cero, si se los enfría a temperaturas cercanas al cero absoluto (unos 273 grados centígrados bajo cero).
Fue el físico holandés Heike Kamerlingh Onnes quién, en 1911, descubrió esta propiedad. Si lográramos dominarla por completo, sería enormemente beneficiosa y cambiaría todo el sistema eléctrico mundial.

Los cables que conducen la energía eléctrica actualmente lo hacen de forma muy deficiente, debido a la resistencia natural que tienen cuando pasan electrones por su interior. A través de ellos se pierden cantidades ingentes de energía, hecho que se podría evitar gracias a los superconductores.

Como hemos dicho, los superconductores podrían transportar la energía sin apenas pérdida, lo que supondría un enorme ahorro. Sin embargo, el problema llega cuando para enfriar lo suficiente estos materiales es necesaria una cantidad de energía mayor de la que podríamos ahorrar. Si los científicos lograran que esta propiedad se manifestara a temperaturas más altas (temperatura ambiente, por ejemplo) los proyectos que se podrían llevar a cabo cambiarían de forma inimaginable nuestra sociedad tecnológica, de transportes y, realidad, toda nuestro mundo.

Una de las propiedades más interesantes de los superconductores ya está siendo utilizada para la innovación en los medios de transporte. Esta propiedad es la levitación. Cuando a un superconductor le aplicamos un campo magnético externo débil lo repele perfectamente, con lo que conseguimos el efecto de la levitación, utilizado en la actualidad en el Tren de Levitación Magnética (maglev) en China y Japón.




Este tren viaja suspendido en el aire por encima de una vía, siendo propulsado hacia adelante por medio de las fuerzas repulsivas y atractivas del magnetismo. Gracias a esto, alcanza velocidades de hasta 581 km/h (el máximo testado hasta el momento), convirtiéndose en competidores directos del transporte aéreo, y dejando a nuestro AVE, a la altura del betún. Sin embargo, el coste de estas líneas es tremendamente elevado, lo que ha limitado su implantación.






En la actualidad, el maglev sólo tiene una línea operativa que une el centro financiero de Shangai con su aeropuerto internacional. El tren de levitación magnética de alta velocidad permite realizar este recorrido, de 30 kilómetros, en tan solo 7 minutos y medio.

Existen otros proyectos en Alemania, Estados Unidos, Emiratos Árabes, Holanda, e incluso un gran proyecto para unir las ciudades de Londres y Glasgow, atravesando prácticamente toda Gran Bretaña, aunque de momento ninguna de estas propuestas se encuentra aprobada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

si... es caro. ¿y lo que mola?

La verdad es que no entiendo en entorno tecnologico para entender hasta que punto es caro, pero siempre he pensado que en el magnetismo tenemos un recurso muy bueno para crear movimientos y fuerzas y no lo usamos.

enTropy dijo...

Interesante artículo. Caro o no es relativo... De todos modos una buena forma de definir lo caro que es algo es cuanto beneficio produce. Es cuestión de amortizar. Lo de la superconductividad muy interesante. Un apunte curioso el porqué de la existencia de líneas de alta tensión, que se usan exclusivamente para transportar electricidad. A mayor voltage menor pérdida y por lo tanto mayor rentabilidad (y muertes).

Felicidades por tu blog, Jesús. Un abrazo desde la capital de ponent

Anónimo dijo...

Gracias a los dos por los comentarios. Ambos habéis opinado acerca de lo caro del asunto. Es cierto, todo es relativo, pero no lo digo yo, son ellos los que dicen que es caro, jaja. Y tienes toda la razón con lo de las líneas de alta tensión, Juanjo. Este sería un método más seguro, ya se verá.
Thanks